Es, entre los modernistas, uno de los que mayor influencia ha tenido en la poesía en lengua española. Su poesía explora el misterio, las sombras, la dualidad del ser, desde el intimismo de muchos de su generación. Con Animal de fondo (1949) alcanza la plenitud. Así lleva hasta el virtuosismo el arte de narrar y de describir, en ese relato inolvidable que es Platero y yo, y por el que se le conoce en todo el mundo hispánico. Juan Ramón Jiménez se adelanta a su época en sus planteamientos estéticos, en su intención de dar vida a la poesía en el enunciado. Su escritura es asombrosamente depurada y de una insólita belleza, resultado de la síntesis y de la condensación de una serie de elementos como la sorpresa, el ritmo, la revelación y la luz. |
Platero y yo:
El narrador siempre está hablando de lo que ve o de lo que piensa,
de lo que pasa. Y cuando no habla con Platero, nos cuenta de Platero, cómo es o
cuanto le quiere. Sí, quiere mucho a Platero, le encanta.
Describe las relaciones entre él y personas del pueblo, ciertos
animales .También describe la región del pueblo o
acontecimientos como el carnaval o la navidad. No son solo cosas bellas, sino
también cosas feas y repugnantes como por ejemplo el maltrato de animales o
niños, o las malas alegrías bebiendo o a la corrida de toros. De otra parte se
muestra la ironía en las descripciones del cura o de la gente del circo. Las
historias son reflexiones sobre la vida, enfermedad, muerte y ascensión del
burro suave. Por el marco del texto tiene un capítulo sobre cada tiempo
del año.
Al final, Platero se muere. Después hay algunos capítulos más en
que dice cómo ha enterrado Platero, es decir en un cierto jardín del pueblo.
Sigue hablar con Platero aunque ya no está.
Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho :P